Sobre la nena de 14 años violada en Miramar, y revictimizada por Clarín con el discurso machista de siempre. |
La
madrugada del Año Nuevo, 5 hombres de entre 21 y 23 años violaron a una
nena de 14 en "El Durazno", un camping tradicional de Miramar. La
madre, al advertir que hacía un rato que no veía a su hija, comenzó a
buscarla en el complejo y la encontró en
una carpa con sus violadores. La fiscal Salas, en un accionar rápido y
efectivo (y con remoción del segundo comisario por mal accionar y
demoras de por medio) dispuso que se realizaran exámenes médicos a todos
los involucrados que finalmente confirmaron el abuso sexual con acceso
carnal agravado por ser involuntario, por la edad de la víctima y su
género, y por ser varias personas y en mas de una oportunidad, lo cual
es múltiplemente ultrajante y tiene una pena de entre 8 a 20 años. Tanto
la víctima como su familia debieron recibir inmediata atención
psicológica tras lo ocurrido.
Aún cuando sobran las pruebas,
arrancando desde el relato de la víctima que enseguida habló de
violación, confirmado por sus padres que vieron el momento del
sometimiento, confirmado por análisis médicos que fueron contundentes,
los medios hegemónicos, grandes formadores de la opinión pública,
desmenuzan hasta el hartazgo argumentos que intentan justificar el
accionar de los violadores con atenuantes como el uso de alcohol,
culpando como nos tienen acostumbrados a la víctima y a sus padres por
falta de cuidado. Ponen el foco en nimiedades como de qué manera afecta
al turismo de Miramar (el patético artículo de #GuillermoVillarreal en Clarín es un claro ejemplo). Así se construye y refuerza la cultura de la violación.
Como otra arista del análisis pienso que el hecho de que rápidamente
trascendieran los nombres y las fotos de los violadores (tanto en el
periodismo como en las redes) y no la identidad de la víctima no es
casual sino el resultado de un proceso de cambio cultural (con medidas
como el escrache, que es la forma desesperada que encontramos como
medida preventiva y de condena social cansadas de la ausencia y la
impunidad de la condena judicial).
Ahora depende de la justicia no
repetir el caso de "La Manada" y garantizar de una vez por todas que
podamos vivir, libres y seguras. Tan concreto como eso.